Publicado: 7 de Julio de 2016

FUENTE: LA OPINIÓN, PATRICIA PRIETO

Tal vez has oído hablar del trastorno afectivo estacional (TAE) que provoca un tipo de depresión que se desencadena por las estaciones del año. Por lo general se asocia más que todo con el invierno, pero por extraño que parezca, también hay personas que lo experimentan durante el verano.

Parece increíble que haya quienes se deprimen durante la temporada más esperada del año, cuando los largos días soleados dan energía e invitan a estar de vacaciones y disfrutar al máximo las actividades al aire libre. Pero la realidad es que aproximadamente el 1% de la población estadounidense padece la depresión de verano y un 5% de la invernal, según datos de la Sociedad Americana de Psiquiatría.

“Sin embargo se cree que, con el calentamiento global y los períodos cada vez más prolongados del verano, esta cifra de depresión veraniega aumentará [a través de los años]”, resalta la psicoterapeuta Anabel Castrezana, de Kaiser Permanente de Santa Ana (California).  “Además, sabemos que es mucho más común en las mujeres que en los hombres, aunque también se puede presentar en niños y adolescentes”.

Sus causas

De acuerdo con Castrezana, la depresión estacional que se da durante la temporada veraniega generalmente está ligada a estos factores:

El clima. Las personas que no soportan las altas temperaturas del verano pueden verse gravemente afectadas.  Tanto la humedad como el calor pueden producir malestares y elevar la irritabilidad.  Además el clima puede impedir que esas personas salgan de casa y socialicen, por lo que se aíslan.

Recuerdos de veranos pasados. Algunas personas traen a su memoria las vacaciones que compartieron con los hijos u otros seres queridos que ya no tienen cerca o ya han partido. “El anhelo de revivir esos momentos puede afectar seriamente el estado de ánimo de una persona”, anota la psicoterapeuta. “El haber sufrido una pérdida durante un verano también puede ser igual de difícil”.

No poder tomar vacaciones. El romper la tan esperada tradición familiar de salir de vacaciones, ya sea por falta de dinero, enfermedad o razones laborales, puede causar depresión de verano.

La imagen corporal. Cuando la persona no está conforme con su imagen corporal, sólo pensar que tienen que usar traje de baño puede causar una situación emocional bastante difícil, resalta Castrezana.

Estar solo. Puede ser doloroso para las personas que se encuentren solas y no tienen con quién realizar las actividades típicas de verano.

La buena noticia para quienes padecen de la depresión de verano es que, al igual que la invernal, es pasajera: tiende a desaparecer cuando cambia la estación. Sin embargo, apunta Castrezana, “si los síntomas persisten, puede ser que se trate de un trastorno mental más serio y requiera ser tratado por un especialista en salud mental”.

Para que no te pegue

Si eres del tipo de persona que tiende a deprimirse durante la temporada veraniega, la psicoterapista Anabel Castrezana te recomienda:

  • Identificar lo que te provoca tristeza. Puede ser que tu falta de ánimo se deba a una cuestión fisiológica.  “La salud física puede afectar la salud emocional”, ante ello es bueno saber si todo está funcionando bien en nuestro organismo.
  • Buscar ayuda profesional con anticipación. Esto se requiere especialmente si la depresión ha sido un problema serio en el pasado.
  • Cuidar tu salud. Dormir lo suficiente, llevar una dieta balanceada y saludable ayuda a mantener una buena salud corporal y, por ende mental. Y de tomar medicamentos precisamente para la depresión, es importante tomarlos de manera correcta, evitando el consumo de alcohol y las drogas ilícitas.  Éstas últimas pueden empeorar la depresión.
  • Conseguir compañía y ocuparte. Si el motivo de tu depresión es el hecho de que estás sola o solo, necesitas rodearte de personas que irradien y contagien alegría.  También es bueno que te mantengas ocupado. Puedes tomar un curso o unirte a un club o agrupación.
  • Aceptar y controlar el miedo. Si la causa de tu depresión estacional es tu figura física, es importante que te aceptes como eres y aprendas a controlar el miedo. Por ejemplo, si no te atreves a ponerte un traje de baño, no hace falta que te quedes en casa lamentándote. Puedes salir y disfrutar de un día de playa sin tener que bañarte o tirarte sobre la arena en vestido de baño para tomar el sol.