Publicado: 30 de Noviembre de 2015

Expertos aseguran que no existe una edad concreta para poner un smartphone en las manos de un niño, pero avisan de los peligros de no fijar unas normas de usoSegún el INE, tres de cada diez menores de 10 años tienen un dispositivo en EspañaEl comentario sobre la pericia de ese hijo, sobrino o nieto que con dos o tres años colorea, juega e incluso sabe meterse en la aplicación de WhatsApp para mandar caritas sonrientes con el primer smartphone que encuentra a mano es cada vez más habitual, pese a que ese padre, tío o abuelo lo cuente como un rasgo sorprendente de la inteligencia del menor. Ligado a la anécdota que se cuenta en la cola de súper, en la barra del bar o en la parada del bus, surge entre las familias un debate paralelo y de calado sobre cuándo poner en las manos de un menor el primer móvil. Los niños de hoy día lo solicitan con edades asombrosamente tempranas por ser un instrumento de juego y relación con los otros y muchos padres lo ven como una herramienta útil de localización del pequeño. ¿Pero qué dicen los expertos? ¿A qué edad es aconsejable el regalo del primer smartphone?

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«No existe una edad concreta ni predeterminada. Cada familia es diferente y debe discernir la madurez propicia para el uso del smartphone. Habrá niños que estén preparados a los 11 años para un uso responsable del móvil y otros que a los 15 años pueden tener adicción por las tecnologías y no sean responsables o maduros», advierte la psicóloga Estefanía Villanueva. La especialista detalla la importancia de estos dispositivos en el desarrollo social durante la adolescencia, el periodo en el que el menor adopta una relativa independencia de los progenitores. Las figuras de madre y padre pasan a un segundo plano, siendo el círculo de amigos el más importante en esta etapa, donde cobran todo el protagonismo los primeros grupos de WhatsApp y Facebook. «Si se carece de este medio de comunicación social (el smartphone), puede quedarse fuera de este grupo de amigos y caer en la exclusión grupal. Por ello casi que es imprescindible para el adolescente en estos tiempos poseer un teléfono móvil para estar en contacto con sus amigos», afirma la directora del Centro Psicología y Formación Dconsultas.

La experta deja claro, por tanto, que en una sociedad con una comunicación digitalizada el uso del móvil por los adolescentes es una consecuencia natural y aconsejable, e indica que la primera adolescencia, entre los 12 y 14 años en los niños, es el periodo de maduración psicológica, en el cual la persona se comienza a comportar «como un adulto». El adolescente experimenta no sólo el cambio y crecimiento físico y desarrollo sexual, sino también los cambios y el crecimiento emocional, psicológico, social y mental. «A esta edad es cuando han pasado de ser niños a tener un cierto grado de madurez y responsabilidad», acota la psicóloga. No obstante, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), que evalúa el uso de nuevas tecnologías por parte de menores de 10 a 15 años, tres de cada diez niños de 10 años tienen un dispositivo móvil. Estas cifras se disparan conforme la edad avanza, hasta llegar al 83% en los menores de 14 años.

Los expertos subrayan que el teléfono móvil del siglo XXI no sólo sirve para llamar y recibir llamadas, sino que es un miniordenador con cámara y acceso a la web, por lo que los padres han de vigilar el uso moderado y responsable por el menor. Villanueva insiste en que son los padres los que deben saber a qué edad están realmente preparados los hijos para usar estos dispositivos e inculcarles normas de uso, evitando así sus posibles peligros; entre ellos, el aislamiento y el fracaso escolar.